Por: Marco Fernández Leyes
Tengo la cabeza llena de letras
que fluyen y se combinan
para crear más letras.
Líneas que avanzan e iluminan
donde hasta un instante
hubo sombras.
Oradan, empujan, batallan.
Letras que copulan con letras
y engendran letras
que enfrentarán
nuevos duelos.
El camino, aunque incierto, luce
menos amenazante
o, tal vez, resulta que ahora
lo miro y ya no temo.
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