
Estamos en diciembre y parece que todo termina, pero los invito a cambiar el chip. Hagan que el fin del año calendario constituya el comienzo de nuevas experiencias.
Por eso, este mes les traigo tres propuestas bien variadas para que se sumerjan en la lectura y arranquen de la mejor manera el verano (si están conmigo en el hemisferio sur) o el invierno (para quienes viven en el norte).
A leer:
1. «¡Y pensar que hace diez años!» (1994).
Primer y único libro que leí hasta el momento del argentino Enrique Anderson Imbert (1910-2000). Hay una variedad de enfoques en sus cuentos que van de lo intelectual a lo fantástico y de lo atrevido a situaciones en que la realidad se muestra difusa. Conocerlo fue como encontrar agua en el desierto.
La edición que conseguí hace varios años en una librería de viejo estuvo a cargo de Corregidor.
2. «El hombre de los dados» (2003).
¿Qué ocurriría si comenzamos a regir nuestra vida por lo que nos ordena el azar? ¿Hasta dónde estamos dispuestos cumplir lo que ordenan los dados?
Aquello, llevado hasta sus máximas implicancias, es lo que propone Luke Rhinehart (1932-2020) en este novelón en el que su alter ego encuentra el camino hacia la liberación de la vida familiar, aburrida y sin sentido que lleva.
3. «El gran surubí» (2021).
Novela distópica en sonetos del argentino Pedro Mairal (1970). Es una reedición del folletín que se publicó en 2012 en la revista Orsai y, en esta ocasión, viene acompañada por ilustraciones de Pedro Strukelj.
Argentina está sumida en la hambruna por la escasez de carne y el ejército decide reclutar a los varones mayores de edad para que pesquen los surubíes que alimentarán a la población.
Por supuesto, ocurren actos violentos y aberrantes, mientras los prisioneros esperan el momento de dar caza un surubí descomunal que merodea el Paraná.
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